En Compromis Consulting nos declaramos defensores a ultranza de los seguros de vida. Las personas en general entienden bien la necesidad de un seguro para su vivienda, pero muchas veces no valoran suficientemente la conveniencia de un seguro de vida.

 

Y esto no deja de ser una paradoja curiosa, pues si bien los siniestros en una casa son aleatorios y pueden no producirse, es un hecho incontrovertible que todos nos vamos a morir y que si no lo hacemos antes, todos nos vamos a jubilar. Por tanto, a priori, un seguro para estas eventualidades debiera, al menos, ser tenido en cuenta.

 

Hay infinidad de clasificaciones de los seguros de vida, pero como no pretendemos hacer de esta web un curso, haremos una clasificación básica:

 

Seguros de vida-riesgo

 

Son aquellos en los que se cubren (básicamente) los riesgos de fallecimiento e invalidez. Es decir que se establece en contrato que si una persona fallece o se queda inválida la compañía de seguros pagará un capital.

 

El ejemplo más claro es una persona cuyo cónyuge no trabaja y con hijos a su cargo. La familia entera depende económicamente de ella, por lo que se impone la contratación de un seguro para cubrir las eventualidades ya descritas.

 

Seguros de vida-ahorro

 

Son seguros en los que se planifican unas aportaciones durante unos años, de forma que al vencimiento el asegurado tenga acumulado un capital. Hoy en día los sistemas son muy diversos y están muy de moda por la crisis del sistema de pensiones aunque puede ser un ahorro dedicado a otras cosas.